Hola, Carmencita:
El problema que me planteas y que plantea Fontán es muy interesante. He de reconocer que no sé mucho de fonética, pero voy a intentar dar una respuesta lo más correcta posible dentro de lo que sé sobre esto. Empezaré con lo de mamá y luego responderé a lo del ejqueísmo (yo lo llamaría así mejor, para equipararlo con el dequeísmo, por ejemplo).
Curiosamente, para lo de mamá, la forma que viene directamente del latín es mama, pronunciada como llana, del latín mamma, también llana, que significaba ‘mama, pecho o ubre’, pero también se utilizaba para la madre. Parece ser que en el siglo XVIII, con la entrada de todo lo francés en España, la gente empezó a decir mamá, aguda, igual que en francés maman. Ya sabemos la cantidad de cosas que se nos han pegado del francés, como camisa a rayas en vez de camisa de rayas o temas a tratar en vez de temas por tratar o temas que se deben tratar. Quizás debido a que la gente con más posibilidades estudiaba francés, ha quedado la errónea idea de que es más vulgar decir mama como palabra llana, cuando en verdad es la que viene directamente de la palabra latina mamma.
En cuanto al ejquismo o ejqueísmo, se trata de un fenómeno que se da en el sur de Madrid (yo, por ejemplo, conozco a gente de Móstoles que son ejqueístas), pero sobre todo, como bien dice tu amiga, es típico de la Mancha y, por eso, Bono, que es de Salobre (Albacete) es ejqueísta.
El fenómeno está perfectamente justificado fonéticamente. Se trata de una asimilación normal de dos fonemas contiguos: el fonema /s/ se asimila al fonema /k/. El fonema que surge entonces es el fonema /x/, que se pronuncia como nuestra jota y que técnicamente es fricativo velar, fricativo como el fonema /s/, pero velar como el fonema /k/, es decir, algo así como una mezcla de ambos. Que sea fricativo significa que deja pasar el aire sin que se llegue a interrumpir y que sea velar significa que se pronuncia en la parte de atrás del paladar o velo del paladar. Supongo que pasa en estas zonas porque, incluso cuando pronuncian la s en un contexto normal, ponen la lengua más atrás y, por tanto, más cerca del velo del paladar, con lo cual es más fácil que se produzca la asimilación en contacto con el fonema /k/ que en dialectos donde la s se pronuncia con la lengua más adelantada.
Otro ejemplo de asimilación es el de la n con la p o con la b, que se asimila y se hace labial. Por eso delante de p o b suele ir m, eso que nos enseñaban en el colegio. Tanto la p y la b como la m se pronuncian como labiales, lo que quiere decir que hace falta juntar los labios para pronunciarlas. Intentadlas pronunciar sin juntar los labios a ver qué pasa. Es difícil encontrar un caso en el que dentro de una palabra haya una n seguida de p, pero, cuando una palabra que termina en n se junta con otra que empieza por p, se da esta asimilación. Por ejemplo, si pronunciamos con prisa, la n se pronuncia como una m y tenemos algo como com prisa. Lo mismo pasa en casos como enviar, donde, ahora que pronunciamos la v como b, la n se pronuncia como m, a pesar de que se escribe n.
Y esta es la explicación que puedo dar, querida Carmencita. Si queda un poco confuso lo de los fonemas, dime, que ej que no he sabido explicarlo de manera más sencilla. ¡Ah! Y aprovecho para mandarle recuerdos a tu mama.
Besos.
El Académico