Académico:
Me fascinan los gentilicios. Es una de esas palabras que me atraen. Gen-ti-li-cio.
¿A ti no?
Y te explico por qué:
Cuando sabes el gentilicio puedes descubrir muchas cosas de ese sitio, aprender otras y darte cuenta de muchas que ya sabías pero no te habías parado a analizar.
Piensa en los equipos de fútbol.
O en los periódicos locales ¿El Diario Montañés?
Y cuanto más lees, más entiendes. Resulta que a los de Alcalá de Henares se les llama complutenses o alcalaínos. Y piensas, ¿qué tendrá que ver entonces la Universidad Complutense con Alcalá de Henares? Curioso…
Empiezo por España y sus provincias. Observo que en varias hay más de un gentilicio, ¿es correcto?
Me imagino que uno será de uso más culto o que puede haber caído en desuso.
Llaman la atención Huesca y Huelva. Los dos empiezan por «h» y sus gentilicios sin «h», así que aquí te toca ilustrarnos con tu sabiduría y explicarnos la gramática correspondiente.
Y tú, Académico, de ¿dónde eres?
¡Hola! Un amigo tinerfeño (je, je) me ha dicho que los habitantes de Santa Cruz de Tenerife se suelen llamar «chicharreros»… ¿Se puede considerar un gentilicio?
El Diario Montañés: Hace muchos, muchos años… antes de haber una autonomía inventada llamada «Cantabria», al habitante de la provincia de Santander se le llamaba «montañés», y a la provincia de Santander «La Montaña».
Legionense antes de leonés. Viene del latín «Legio» porque nació como campamento militar romano -la Legio VI Victrix- en el 29 a. C. y después la Legio VII Gemina a partir del año 74.
De Legio a León se explica porque en latín, la gi se pronuncia como si fuese una gui, la pronunciación de Legio sería Leguio, que derivo en el Leio o Leionem, que acabó en León.
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