#TildesLasJustas

Pregunta

Hola, Carmencita:

Me preguntas por la campaña #acentúate de la Fundéu con la que ha tratado de promover el uso de la tilde en los hashtgas o etiquetas de Twitter.

En primer lugar, me gusta que hables de campaña en la entrada y no de iniciativa como hacías en tu tuit, porque esta idea no inicia nada; ya lleva mucho tiempo circulando por Twitter. En este sentido, me gusta la campaña de Fundéu, como me gusta todo lo referido a la difusión de la lengua o a cualquier cuestión mínimamente relacionada con la cultura, pero no me entusiasma como a ti. Está bien, eso sí, que desde una fundación con tanto alcance y repercusión como esta promuevan este tipo de llamamientos. Son ellos los que deben hacerlo.

A este respecto, te daba envidia que a nosotros no se nos hubiera ocurrido esta idea. Claro que se nos había ocurrido, y a muchos más, pero no tenemos aún ni el prestigio ni la difusión suficiente para iniciar algo así. Ese es el problema de las redes sociales: que si no tienes un número grande de seguidores, es difícil —no imposible— que la gente te siga. De hecho, hace 34 semanas ya publiqué esta imagen en Instagram:

tildes

Pero de lo que de verdad quiero hablar, no es de quién ha tenido la idea antes, sino de algo más general: de la inquietante obsesión que existe en los últimos tiempos con las tildes.

La tilde es un elemento que señala en qué sílaba de la palabra recae el acento. Es una ayuda. Como tal, no debería ser obligatoria ni se debería considerar una falta de ortografía no ponerla. Igual que ocurre en otras lenguas y en el caso de solo, por ejemplo, en español lo ideal sería que la tilde solo se pusiera en casos de posible ambigüedad. En los pinitos de la tilde en español se empezó recomendando solo usarla en los casos en los que una misma palabra pudiera tener varias acentuaciones. De esta manera en el circulo por la carretera, si ponemos las tildes, sabremos si estamos hablando de un círculo por la carretera o si estamos diciendo que alguien circuló por la carretera. Como en muchos de estos casos, el ejemplo es ridículo y el contexto resolvería la ambigüedad.

Pero bueno, se podría entender que en estos casos la tilde fuera imprescindible. Ahora bien, en muchos otros casos, igual que somos capaces de aprender el género de miles de nombres, podríamos ser capaces de aprender cuál es la sílaba tónica de las palabras, sin necesidad de tilde. ortografíaprimeraSi alguno se defiende diciendo que en el caso de los nombres la terminación de estos ayuda, yo le respondo que aquí también: todas las palabras terminadas en -ción, por ejemplo, son agudas. Ya mencioné que en la primera Ortografía de la RAE, se recomendaba no poner la tilde en apellidos terminados en -az y -ez. Se decía que «siendo tan conocido, común y frecuente el modo de acentuarse, no necesita de nota, que los distinga de las otras voces de su terminación». No sé si con razón o no, pero se confiaba más en la memoria de los hablantes.

Hay muchas páginas de corrección y acción ortográfica que basan su capacidad de crítica lingüística en la ausencia de este signo y reprenden de manera sanguinaria a los que no la ponen (quizás porque si no no tendrían otra cosa que publicar ese día). Al margen de que, por fijarse en este signo diacrítico, desatienden errores léxicos y gramaticales mayores (propios y ajenos) que todos tenemos y que llevarían a discusiones más bonitas y elevadas, no se dan cuenta de que si ellos llegan a ver que falta una tilde en una palabra es porque el contexto esclarece de qué palabra se trata, por mucho que el escritor en cuestión la haya olvidado (se supone que involuntariamente), lo cual confirma la idea de que se puede prescindir de ella.

En vista de todo esto, se podría concluir, pues, que es lícito prescindir de la tilde en muchos casos. Y con más razón en un momento en el que las reglas de acentuación empiezan a ser excesivamente complicadas (por ser un sistema tan bien diseñado por la RAE, ojo), llegando al punto de ser más complejas que el aprenderse de memoria dónde recae el acento de cada palabra.

Pero bueno, seamos obedientes y acatemos la norma de poner las tildes, que, como siempre digo, es bueno y respetuoso conocer y actuar de acuerdo con las normas para tener una relación mejor, en este caso de comunicación, con los demás. La cuestión es que aun así no veo que esto signifique que haya que poner las tildes siempre. Y menos en sitios donde más que ayudar entorpece y perturba  el ponerlas.

Sobre todas las normas y leyes es posible aplicar la epiqueya, es decir, es posible interpretarlas según las circunstancias, para acatarlas o no según sea procedente. Un ejemplo que creo recordar, del código de circulación, es el de poder saltarse una línea continua en caso de que un coche en segunda fila nos impida el paso por nuestro carril.

El uso de la tilde en las etiquetas puede ser uno de esos casos. Choca mucho ver #fundéu con tilde, pero @fundeu sin ella. Y encima aquí ¿por no poner en el segundo caso la tilde (una tilde con la que yo encima no estoy de acuerdo) vamos a pronunciar [fúndeu]? No. Somos capaces de aprender de memoria cómo se pronuncian las palabras. Y eso permite no tener que poner la tilde en casos innecesarios o que nos puedan llevar al desconcierto. ¿Quién no ha tenido que rectificar al escribir @fundéu o #fundeu?

La etiqueta en principio solo sirve (salvo que se integre en el texto) para que alguien pueda encontrar nuestro tuit por el tema. Y la cosa es que el buscador de Twitter no distingue entre palabras con tilde o sin ella, como se ve aquí, donde habiendo puesto #poesía en el buscador salen también resultados de #poesia:

poesía

Ya me gustaría a mí que sí que las distinguiera para que, al buscar tuits de poesía española, no me salieran tuits de poesia portuguesa o catalana. Esto sin olvidar lo difícil que es poner la tilde en algunos teclados del móvil.

Y es que la verdadera campaña debería haber sido la de pedir a Twitter que se puedan poner tildes en el nombre de las cuentas (para así evitar la disimilitud con las etiquetas a la que nos enfrentamos los que desde siempre ponemos tildes en ellas). Y, ya puestos, también pedirla para direcciones web y pedir que en los teclados de móvil sea más sencillo poner tildes (o promover el uso de teclados así y anunciar su existencia en caso de que ya existan).

Pero, claro, estamos en un mundo en el que las soluciones inmediatas y vistosas (que curiosamente son las que más se retuitean) tienen más prestigio y aceptación que las soluciones de raíz, más lentas y silenciosas, pero más eficaces, como nos advierte el más que trillado proverbio sobre enseñar a pescar mejor que pescarle a alguien un simple pez.

Más útil que poner tildes en las etiquetas para ayudar a la lectura me parece el poner determinadas palabras con mayúscula. No es tan frecuente que haya ambigüedad en una etiqueta por cuestión de tildes, pero sí puede haberla o, al menos, existir dificultad en la lectura #siseescribetodoasí. La misma Fundéu (en su nuevo Manual) permite poner mayúsculas en las palabras que forman parte de una etiqueta #ParaFacilitarLaLectura. Si podemos hacer una excepción con la regla de las mayúsculas, ¿por qué no podemos infringir la de las tildes y prescindir de ellas en las etiquetas? Con más razón sabiendo que la propia Fundéu permite licencias de mayor calado en las etiquetas como separar contracciones: #hoyviajamosa el país de los mil lagos. Tampoco se pueden poner comas (*#Tildes,LasJustas) ni signos de interrogación, por ejemplo.

En definitiva, Carmencita, considero esta campaña (una campaña que extraña un poco que no hayan lanzado mucho antes, si tan importante es) algo bueno, por el hecho de que se implique a tanta gente en una cuestión lingüística, pero, por otra parte, creo que hay temas lingüísticos mucho más interesantes y profundos, que harían ver al que no esté familiarizado con la disciplina lingüística que esta no es meramente normativa y entorpecedora, es decir, no se limita a dar órdenes que en algunos casos molestan más que ayudan, sino que es una disciplina que, gracias a un estudio detenido de la lengua, permite explicar cosas que siempre nos ha inquietado saber por qué decimos así, por ejemplo.

Como resultado de la campaña supongo que los que ya poníamos las tildes en las etiquetas seguiremos haciéndolo y los que no, en caso de que prescindieran de ellas por vagancia y no por ignorancia, tal vez escuchen a su conciencia y las pongan durante un tiempo pero luego probablemente dejarán de hacerlo, sucumbiendo al apresuramiento que Twitter fomenta.

El resultado ideal sería, sin duda, y ese es mi deseo, que los de Twitter hayan tomado nota y hagan a su buscador capaz de discernir entre palabras con tilde y sin ella (aunque la función principal de la tilde no sea la de distinguir palabras del español de las del portugués).

Con este deseo y con un abrazo fuerte para ti, Carmencita, y para todos, acabo.

El Académico

#Acentúate

Hola, Académico:

Tengo un sentimiento contradictorio.

Me explico.

Me apasiona la campaña #acentúate que ha lanzado FUNDÉU para promover la ortografía en las redes sociales.

Y me apasiona, aún más, ver la repercusión que ha tenido.

Empresas, instituciones, medios, famosos…, muchos son los que se han unido abiertamente a esta campaña y han acompañado sus tuits del hashtag #acentúate que, como no podía ser de otra forma, llevaba su tilde orgullosa.

Pero por otro lado estoy llena de envidia porque mi Académico… ¡¡¡SE NOS TENDRÍA QUE HABER OCURRIDO A NOSOTROS!!! 😦

En la campaña, FUNDÉU se alía con Twitter para así aclarar «Escribir adecuadamente las palabras que figuran en las etiquetas es una muestra de respeto por la buena escritura y por quienes nos leen».

Es un buen momento para reflexionar sobre otro aspecto que destacan en la campaña ¿por qué nos preocupa tanto nuestra imagen, foto de perfil y en cambio no nos preocupa escribir correctamente?

Ahí va mi pregunta Académico:

Respuesta

Otras 10 curiosidades del español que seguramente no conocías

Hola, Carmencita:

Espero que te gustaran las 10 curiosidades del español que publiqué hace un tiempo. Aquí te presento 10 más:

1 PASADO PISADO

Las palabras pasado, presente y futuro proceden respectivamente de un participio de pasado, uno de presente y uno de futuro del latín

En latín el participio de presente (como amans, amantis) servía para referirse al que hace algo. De él nos quedan casos como amante ‘el que ama’ o presidente ‘el que preside’. También presente ‘el que está calendario-delante’ (de praeesse ‘estar presente’). El participio de pasado nos ha quedado, por ejemplo, en los tiempos compuestos de los verbos: ha venido o ha pasado. Pasado es ‘lo que ha pasado’. Y en latín también había participio de futuro, terminado en –turus, que indicaba ‘lo que va a ser’. De aquí procede futuro ‘lo que va a ser’ (del verbo sum ‘ser’). También otros como aventura, que es lo que va a suceder (o advenir). Y, por ejemplo, en la famosa frase morituri te salutant de los gladiadores, morituri significa ‘los que van a morir’.

2 REPRIMENDA, QUE ES GERUNDIVO

En español tenemos restos del gerundivo latino terminados en -ndo, -nda, como agenda, vivienda o doctorando

En latín, aparte del gerundio tenían el gerundivo, que era el participio pasivo de futuro, es decir el que se refiere a lo que debe ser hecho. En español nos ha quedado en algunas palabras que terminan en –enda, como agenda o hacienda, que significan precisamente ‘lo que ha de ser hecho’, vivienda, casitaes decir, ‘lo que va a ser habitado’, o reprimenda ‘lo que va a ser reprimido’. También son restos del gerundivo, casos como doctorando ‘el que se va a doctorar’ y, formado a semejanza de este, masterando (pero no tutorando, ojo). También memorando, por ejemplo, que es lo que ha de ser recordado o sumando ‘que ha de ser sumado’.

3 RESBALONES ACENTUALES

La palabra esdrújulo viene del italiano sdrucciolo, que en su origen significa ‘resbalón’

Muchos sabemos que las palabras esdrújulas son aquellas en las que el acento recae sobre la antepenúltima sílaba y que se tildan todas. Pero ¿por qué se llaman esdrújulas? snowboarderEn italiano sdrucciolo (‘resbalón’) era el verso que terminaba con la antepenúltima sílaba acentuada. Al parecer el nombre se debía a que las dos últimas sílabas parecían resbalarse o escurrirse.

4 A, ANTE, BAJO, CABE, COMO, CUANDO, VERSUS, VÍA, DURANTE Y MEDIANTE

En español hay más preposiciones aparte de las que todos sabemos recitar, como versus o vía, y algunas palabras que a veces funcionan como preposiciones, como donde, cuando y como

Muchos incluyen ya al final de la lista de preposiciones durante y mediante, que han pasado de ser participios de presente a preposiciones, como se ve en que ya no concuerdan con el nombre como antes: ya no se dice durantes los nueve meses, sino durante los nueve meses. Pero hay otras preposiciones menos conocidas que no muchos incluyen. Tenemos versus, vscomo en Occidente versus Oriente, la cual, aunque no se recomienda, está aceptada, o vía, en casos como vía satélite.

También cuando, donde y como pueden usarse como preposiciones en casos como Cuando niño yo era rubio, Viven donde la fuente o Lo usan como ejemplo.

Además hay otros elementos que se parecen cada vez más a las preposiciones, como hace. Esto se ve en que a veces hace no cambia de tiempo verbal como debería, es decir, ha pasado a ser invariable, como les ocurrió a durante y mediante: Ya lo sabían hace tiempo (en vez de Ya lo sabían hacía tiempo).

5 EL PLURAL ACUSADOR

¿Alguna vez te has preguntado por qué la -s se usa para el plural? La -s del plural del español procede de la terminación del acusativo plural del latín

De todos los casos latinos las palabras en español evolucionaron del acusativo (el caso que servía para el complemento directo, entre otras cosas, y que, por cierto, en verdad debería haberse llamado causativo). La -m del singular se perdió (una -m que se puede ver en expresiones como carpe diem ‘aprovecha el día’ o habemus Papam ‘tenemos papa’), pero se mantuvo la heavy-dollar-sign-s del plural (una -s que se ve en frases como Timeo Danaos et dona ferentes ‘temo a los griegos incluso cuando traen regalos’). De ahí quedó la terminación de nuestro plural.

En cambio, la -s de algunos acusativos singulares neutros se perdió (por ultracorrección) al confundirla con el plural. Es el caso de tempus, que dio tiempos en español, pero se corrigió por tiempo; pectus, que dio pechos y pasó a pecho. No se perdió en cambio en uebos, de opus (única palabra en el Diccionario, por cierto, que empieza por ue– y no lleva h, como UEFA). Tampoco se perdió la -s de nombres propios (que, estos sí, proceden del nominativo), como en Carlos de Carolus, Dios de Deus o Jesús de Iesus, pero sí en Pablo de Paulus (aunque el Buscón era don Pablos) o en Domingo de Dominicus.

6 LA MANITO

Los nombres femeninos que terminan en -o en español casi se pueden contar con los dedos de la mano

Hay muchos nombres masculinos en español que terminan en -a. Por ejemplo, algunos derivados de neutros griegos que terminan en -ma, como fantasma (que curiosamente antes era palabra femenina: la fantasma), pero también de ocupaciones, como tenista, y otros como tequila, día, y bastantes más.

En cambio, hay muy pocos nombres femeninos terminados en -o. Se suelen citar la mano mano_alza_emoji_twitter_emoticones, la libido, la nao, la seo y otras más raras como la virago (que termina en -o con sentido porque significa ‘mujer varonil’). Luego hay otros casos que, o bien son acortamientos, como la otorrino, la fisio, la dinamo, la disco, la radio, la moto, la quimio, la foto, la seño, la furgo, la crono, la biblio, la porno, la vitro, la polio (de poliomielitis); o bien son nombres de ocupaciones que aún no se han feminizado, como la sargento, la soldado, la árbitro o la sobrecargo, sin olvidar el famoso caso de la miembro. También otras palabras que se toman directamente de otras lenguas, como la ratio, o siglas como la ESO o la FAO, y algunas palabras poco usadas, como pro cuando significa ‘utilidad’, que puede ser el pro o la pro. Pero hay muy pocos casos más.

En general, en estos casos haríamos el diminutivo con -o, como en la motito. Sin embargo, en España, el diminutivo de mano es manita, y no manito, que sí es el diminutivo en algunos países americanos y algunas zonas del noroeste de España. En el caso de sargento, yo no sé si diría sargentito o sargentita.

7 NI COSAS NACIDAS NI HOMBRES NACIDOS PODRÁN PARARME

En español nadie y nada proceden de nati y nata en latín, que significaban ‘nacidos’ y ‘cosas nacidas’, respectivamente

Igual que hoy podríamos decir que no hay persona alguna que pueda hacer algo o incluso persona nacida, en latín decían homines nati, que significa ‘hombres nacidos’, y res nata ‘cosa nacida’. no-pedestriansDe nati, que es el participio de nacer en latín (visible en neonato ‘recién nacido’, por ejemplo) nos quedó nadie (el Diccionario también recoge nadi) y de nata nos quedó nada.

8 ¿Y POR QUÉ NO LAS TERMINADAS EN -N, -S O VOCAL?

En español las palabras llanas terminadas en -n, -s o vocal no se tildan porque son la mayoría

Como elemento que sirve para facilitar la lectura y no para entorpecerla, la tilde está pensada para ser usada lo mínimo posible, en el menor número de palabras. Por eso, como el mayor número de palabras llanas terminan en -n, -s o vocal, dado que, por ejemplo, todas las formas verbales llanastilde i u finales terminan en esas letras (quiero, quieres, quieren), se ha elegido que esas sean las terminaciones con las que no se tildan las llanas. Así el número de tildes es el menor posible.

Al ser un criterio basado en una estimación de cantidad, este puede variar. Así, por ejemplo, en la primera Ortografía de la RAE (de 1741) solo se tildaban las palabras agudas terminadas en –a, –e y –o, pero no las terminadas en -i o -u. En cambio, se tildaban las llanas terminadas en -i, -u, como tríbu o cási.

Tampoco se tildaban los apellidos terminados en -ez, por ejemplo, porque ya se sabía cómo se pronunciaban, por lo que la tilde era innecesaria.

9 OTRAS CUESTIONES DE TILDES

En español tenemos palabras que se tildan aunque no deberían, palabras que no se tildan aunque deberían, palabras con más de una tilde y algunas cuestiones curiosas más relacionadas con las tildes.

a) ¿Hay alguna palabra que se tilda y que no debería?

Sí, tés. La tilde del singular sirve para diferenciarlo del pronombre átono tetea, pero no hay ningún tes átono.

b) ¿Hay alguna palabra que no se tilda y debería?

Sí. Entre otras muchas, los nombres de las letras y de las notas musicales que tienen un correspondiente átono. De la misma manera que el adverbio , el pronombre , el sustantivo o la forma verbal se tildan para distinguirlasclave de sus correspondientes átonos, las notas musicales si y mi o los nombres de las letras, te y de, al ser tónicos, deberían tildarse.

c) ¿Solo se tildan las vocales?

No. También se puede tildar la y en palabras que conservan su grafía antigua: otrosý, Ýñigo, Aýna.

d) ¿Puede haber una palabra con más de una tilde?

Sííííííí.

e) ¿Tenemos acento circunflejo en español?

Ahora no, pero hemos tenido. El circunflejo en una vocal se usaba para indicar que la ch precedente se pronunciaba como k, y no como ch, o que la x precedente se pronunciaba como ks, y no como j: chôro, exâmen.

10 PARA LOS ANTICOCRETEROS

Aunque la palabra cocreta no está en el Diccionario, pese a lo que muchos creen, su formación en español estaría más que justificada

En español es frecuente un proceso, llamado metátesis, por el que alguna letra cambia de lugar dentro de una palabra para simplificar su pronunciación. Es lo que pasó con palabras como candadocandado, que viene de un cadnado difícil de pronunciar (a partir de catenatus); palabra, que debería haber dado parabla porque viene de parábola; alimaña, de animalia; peligro, que debería haber dado periglo, porque procede de periculum y muchas más. Algunos de los resultados esperables, sin metátesis, están en el cocodriloDiccionario: miraglo (de miraculum), murciégalo (de mus caeculus) o crocodilo (de crocodilus),

Así pues, el que dice cocreta, cambiando de lugar la r de croqueta, está cometiendo un (¿metatético?) error, semejante al que han cometido y cometemos todos los que decimos milagro, palabra o cocodrilo.

Y con esta, Carmencita, ya tenemos las 10 curiosidades. Espero que te hayan gustado. De algunas haré una entrada especial porque aún hay cosas que me he dejado en el tintero. Por ejemplo, prepararé un especial de tildes donde hablaré, por ejemplo, de palabras que no siempre llevan tilde cuando son tónicas, como cuando en de vez en cuando, o palabras que sí la llevan a pesar de no serlo, como José en José Luis. También he empezado a preparar una entrada con otras curiosidades más concretas.

Un saludo.

El Académico

Hakuna posdata

Pregunta

Hola, Carmencita:

Tu pregunta me pilló ya fuera y he preferido esperar hasta mi vuelta para contestar bien. Espero que hayas tenido unas buenas vacaciones. A mí me han venido muy bien para descansar, pero también para hablar de cuestiones relacionadas con la gramática y la ortografía con bastante gente. Veo que hay bastante interés, y eso es bueno.

En esta ocasión preguntabas por posdata y algunas cuestiones relacionadas con ella. Vamos con ello.

Lo primero importante es que la palabra posdata es femenina y, por tanto, hay que decir la posdata.

En segundo lugar, la abreviatura es P. D. y no P. S. Al ser una abreviatura hay que poner un punto después de cada letra y dejar un espacio entre ambas, igual que en EE. UU., por ejemplo.

En tercer lugar, la abreviatura procede de post datam, que en latín indicaba que la posdata era lo que se ponía después (post) de la data (o nota con la fecha y lugar de escritura de la carta). A esta nota se le llamaba data porque antes de la fecha se escribía la palabra data (‘dada’), en el sentido de entregada u otorgada. Esta data se ponía al final de la carta y, por eso, lo que se añadía después era la posdata. Además de las palabras data y posdata, de esta costumbre de poner data antes de la fecha, proviene la palabra inglesa date para fecha y nuestro datar.

En este caso data es femenino singular y no neutro plural como en ‘conjunto de datos’, como en el big data. No es, pues, un neutro plural como curricula, forma, por cierto, válida en latín, pero no en español, donde lo correcto es currículums o currículos, para hablar de varios curriculum vitae (este último sin cambio en plural, escrito en cursiva y pronunciado [currículum vítae]). En otras palabras, data no quiere decir en este caso ‘los datos’, sino ‘dada’, referido a la carta (charta) o epístola (epistola) extendida u otorgada.

En cambio, la abreviatura P. S. viene de post scriptum ‘después de lo escrito’ y se refiere a lo que va después de un texto cualquiera. Esta es la forma preferida, entre otros, por ingleses, portugueses, italianos o franceses, por ejemplo, aunque creo que estos útimos lo escriben P.-S. En español también tenemos la locución post scriptum, pero para las cartas preferimos usar la posdata, a pesar de que algunos se quejen de que ahora la fecha se pone al principio, por lo que sería mejor usar post scriptum (escrito así, sin tilde y en cursiva, y no post scríptum, como se escribía antes). .

Visto lo visto, aunque algunos dicen que ya no tiene mucho sentido usar posdatas, a no ser que se escriba a mano, lo mejor es terminar una carta con P. D., que es la forma específica para las cartas. Aun así, no estaría del todo mal usar P. S. como los ingleses.

Esta forma de los ingleses se puede ver, sin ir más lejos en el título de la película P.S. I love you, un título que, como se observa en la Wikipedia, se tradujo acertadamente en España como Posdata: Te quiero (lo que tú has usado como título de tu entrada). Curiosamente, en Hispanoamérica se tradujo, en cambio, como Postdata: Te amo.20350654

Aparte del uso del verbo querer en vez de amar, algo que ya dijimos que dependía de la carga pragmática de los verbos en cada lugar, aquí es interesante el uso de post- en el título americano en vez de pos-.

Veo que tú, Carmencita, en tu pregunta has escrito posdata. No sé si has seguido conscientemente la nueva recomendación de la RAE o si te ha salido solo, pero has acertado. Aunque tanto pos- como post- son válidas, la RAE prefiere el uso de pos- en todos los casos, tanto si sigue vocal (posoperatorio) como si sigue consonante (posbélico), excepto cuando la palabra a la que se une el prefijo empieza por s (postsoviético). Como la película se estrenó en 2007 y la Ortografía salió en 2010, no se puede decir que en el título hispanoamericano desoyeran la recomendación de la RAE. Y encima postdata no está mal, aunque ya aparece como alternativa menos recomendada que posdata.

Algo que sí comparten las dos traducciones del título de la película es el uso de los dos puntos, por el que preguntabas tú, y el uso de mayúscula después de ellos (aunque no sé si la t del cartel es mayúscula).

Con respecto a los dos puntos, aunque por ahí leo que no es necesario ponerlos, yo diría que sí que hay que hacerlo, puesto que entre P. D. y lo siguiente se establece una relación de anuncio. Por ese mismo motivo, como P. D. se puede considerar un término de carácter anunciador, lo que sigue debe ir con mayúscula inicial —esto se te ha escapado a ti en el título de tu entrada— como en el ejemplo de ADVERTENCIA: Medicamento no indicado para menores de tres años que propone la RAE en su Ortografía. Es importante, además, tener cuidado, si se ponen los dos puntos, de mantener el punto después de la D: P. D.: Te quiero.

Lo de escribir posdata extendido y no abreviado en el cartel de la película supongo que se deberá a cuestiones de estilo y marketing (o, mejor, mercadotecnia) de la compañía cinematográfica y, por eso, no me meto. Pero sí puedo decir que en una carta es mejor usar la abreviatura: P. D.: Te quiero.

Y con esto, pos creo que he terminado, Carmencita. Espero que te haya quedado claro el uso de las posdatas. Por si acaso, al final añado algunas como muestra.

Un abrazo.

El Académico

P. D.: Espero que la vuelta de la vacaciones no sea muy dura y tengas tiempo para plantear más preguntas.

P. P. D.: Alguien preguntaba si para poner varias posdatas había que escribir P. P. D., es decir, la abreviatura de posposdata o si se deben usar números. En WordReference alguien dice que si se ponen números habría que usar la numeración romana: P. P. II. Por si acaso, yo he optado por la primera opción, que lo otro parece o la abreviatura del nombre de un papa o de una guerra.

P. P. P. D.: Por casualidad he visto que en turco tradujeron el P. S. del título de P. S. I love you como not: Not: Seni Seviyorum. No sé si se usará not en vez de P. S. en turco, pero, si alguien lo sabe o conoce otras formas en otras lenguas, sería divertido reunirlas todas.

Posdata: te quiero

Hola, Académico:

Como ya la semana que viene estaré de vacaciones y hasta septiembre (que no Septiembre, que es muy recurrente ver en todos sitios los días o meses en mayúscula) no volveré a la carga, hoy he elegido un tema sencillo pero con el que sigo dudando.

¿Me ayudas?

Se trata de escribir bien el P.S. o P.D. vamos, el posdata o la posdata. ¡Uy! Todo son dudas.

Tengo más o menos claro que P.S. es distinto a P.D. Pero a ver si me puedes aclarar las diferencias y cómo se ponen los puntos o si hay que poner dos puntos. Y si de verdad, una vez entendido el verdadero significado, sigue teniendo sentido hoy en día escribir posdatas.

Muchas gracias

Carmencita

P.D. ¡Pasa un buen verano!

posdata

Respuesta

¿Eres responsable?

Hola, Académico:

Desde Cabify, la start-up española más molona para moverte más barato en tu ciudad, siempre me preguntan dudas de cómo escribir o cómo decir las cosas.

Yo no paro de decir, con una media sonrisa, que el que todo lo sabe eres tú y que yo represento al pueblo.

Pero insisten.

Una de las preguntas más recurrentes es el tema del consumo.

consumo-responsable_tips_general

¿Está bien decir consumo responsable? O ¿es el consumidor el que es verdaderamente responsable?

¡Gracias Académico!


Hola, Carmencita:

Me preguntas por uno de los temas más complicados de la gramática: los adjetivos. En el caso de consumo responsable lo que ocurre es que se está utilizando un adjetivo llamado de aptitud o (pre)disposición humana para calificar una acción. Por eso os puede sonar raro. Pero este es un fenómeno muy común. Se dice, por ejemplo, que una actitud es nerviosa, siendo realmente lo nervioso la persona; se dice también que una medida es inteligente, cuando en verdad es inteligente el que la ha tomado, o se dice que una solución es ingeniosa, siendo ingenioso el que ha llegado a ella.

En algunos de estos casos, el Diccionario contempla la acepción de hecho o dicho con la aptitud o disposición en cuestión. Por ejemplo, en ingenioso, la segunda acepción es ‘Hecho o dicho con ingenio’. Sin embargo, en casos como responsable las acepciones parecen más bien referirse a humanos y no a sus hechos. Pero ya sabemos que en el Diccionario no están recogidos todos los sentidos. Ni siquiera todas las palabras. Sería imposible. Por eso, algunas cosas deducibles no se incluyen. Esto explica por qué no aparece desafortunadamente, por ejemplo, algo que ha llevado a muchos a pensar que la palabra es incorrecta, frente a infortunadamente, que sí se recoge. Pero es que el significado de adverbios terminados en -mente es fácilmente deducible (desafortunadamente significa ‘de manera desafortunada’) y algunos no se incluyen.

Por tanto, yo no le pondría pegas a consumo responsable, entendido como el consumo que la persona lleva a cabo con responsabilidad.

Hay otros casos conflictivos de combinaciones típicas como precio asequible, donde parece confundirse el significado del adjetivo. Explicaba Lázaro Carreter que asequible se refiere a lo que se puede alcanzar o adquirir para poseerlo. Por tanto, según él, lo asequible es lo que tiene un precio bajo y que se puede adquirir con facilidad, pero no el precio en sí.

A pesar de esta recomendación del antiguo director de la RAE y de que en el nuevo Diccionario solo se define asequible como ‘que puede conseguirse o alcanzarse’ y los precios ni se consiguen ni se alcanzan, en el DPD y en la Fundéu definen asequible también como ‘de precio moderado’. Ante esta disparidad, cada uno puede optar por lo que considere oportuno. Eso sí, el que quiera hacer caso a Lázaro Carreter y diga precio bajo y productos asequibles, que sepa que también tiene que decir inaccesible al desaliento y no inasequible al desaliento, y no puede decir que un grupo de la Champions de fútbol es asequible, sino fácil.

Mi opinión es que, cuando una combinación como precio asequible se ha extendido tanto y aporta un matiz que no tiene, por ejemplo, bajo (el matiz de que un precio es lo suficientemente bajo como para poder pagarlo sin dificultad), es mejor ceder y añadir la definición en el Diccionario, entendiendo que no es que se confunda el significado del adjetivo, sino que se extiende. Así, igual que en consumo responsable el adjetivo pasa a calificar una aptitud humana, aquí asequible pasaría a calificar una propiedad del producto, su precio, como que el precio se puede poseer o alcanzar por ser bajo. La complejidad y riqueza en matices de los adjetivos no hace más que demostrar la preciosa y potente capacidad del lenguaje humano.

Dicho esto, se puede, pues, concluir recomendando un consumo responsable.

Un abrazo.
El Académico

¿Viva o vivan? #gramatuits

Hoy, Marieta Hairstyle nos preguntaba:

Académico, ¿cómo es?

Carmencita


 

Hola, Carmencita:

Aquí la respuesta:

 

Puedes ver más información en la Gramática de la RAE:

vivan los novios

Ojalá que llueva café en el campo… (Respuesta)

Pregunta

Hola, Carmencita:

Has dado con el interesantísimo tema de los verbos meteorológicos. Que lo hayas hecho a través de Yorokobu (en japonés ‘estar feliz’) no me extraña: es de esos sitios que siempre sorprenden.

Sobre los verbos meteorológicos se ha escrito mucho en gramáticas y en artículos y libros de lingüística. Lo primero que sorprende de ellos es que en lenguas como el español verbos como llover generalmente aparecen sin sujeto (Llovió y no Él llovió) y con el verbo en singular (Llovió y no Llovieron). Por eso es normal que te sorprendiera que llovieran ranas y renacuajos, no solo por el hecho en sí, sino porque el verbo llover apareciera en plural.

Ante esto, lo normal es que surjan al menos dos preguntas: ¿por qué generalmente usamos el verbo llover en singular? y ¿por qué se puede usar en plural?

La respuesta corta es que todo depende de lo que tomemos por el sujeto: si es algún elemento impersonal atmosférico (que generalmente no se expresa) o si es lo que cae como lluvia. En el primer caso tendremos el verbo en singular (Ayer llovió) y en el segundo podemos encontrarlo en plural si lo que cae son muchas cosas (Ayer llovieron piedras). Ambas construcciones se consideran correctas. Pero voy a entrar en más detalle, que hay muchas curiosidades relacionadas con estos verbos.

En español, cuando decimos Llovió, no parece haber un sujeto (de ahí que las oraciones con verbos como llover se consideren impersonales). Pero algunos autores afirman que sí lo hay. Para eso se fijan en lenguas como el inglés o el francés donde sí que se ve un sujeto. En It rains o Il pleut los pronombres it e il son el sujeto que concuerda con el verbo. Lo cierto, no obstante, es que a primera vista parece que estos pronombres no significan nada aquí, simplemente parecen rellenar la posición de sujeto (algo obligatorio en estas lenguas: en español se puede decir Llegó, pero, por ejemplo, en inglés no se puede decir Arrived; habría que decir He/She arrived). Como se limitan a rellenar, estos sujetos se llaman expletivos (del latín explere ‘rellenar’). Pero algunos autores van aún más lejos y defienden que estos sujetos sí que significan algo. Más o menos dicen que esos pronombres se refieren a nociones espacio-temporales, como si it en It rains se refiriera al lugar en el que llueve, pudiendo parafrasearse el ejemplo por algo como ‘este lugar llueve’.

En español se dice que, aunque no se vean estos pronombres, sí que hay un elemento similar. Y que en Allí llovió mucho, allí podría ser el sujeto. Esto se ve claramente en lenguas como el samoano donde un nombre de lugar como Apia puede concordar con el verbo correspondiente a llover, pero a mí no me convence mucho para el español. Me parece algo más convincente que, como decía el gramático y poeta Andrés Bello, el sujeto sea algo como el tiempo o la atmósfera.

Una prueba de que el sujeto tiene significado es que este puede expresarse con un elemento más preciso o complejo que it (lo cual le quita impersonalidad al asunto y le da algo más de significado). Así, hay lenguas como el kiowa (hablado por una tribu india de Oklahoma) donde la construcción se forma en plural (como si dijéramos Llueven). Además, en lenguas como el alemán o el holandés, no solo se puede usar un sujeto similar a it, sino que también en el habla coloquial se puede usar un demostrativo (como este en español). Curiosamente, cuando se usa el demostrativo, se expresa disconformidad con el fenómeno meteorológico en cuestión, es decir, se expresa que molesta el hecho de que llueva. De manera parecida, en este artículo se dice que en islandés, si en vez de usar el pronombre similar a it, se usa el pronombre similar a he (hann), con un verbo como llover, lo que se hace es mostrar enfado ante el hecho de que llueva, como claramente se puede deducir de la traducción que se da en este ejemplo:

islandés

En el artículo se sugiere que el uso de un pronombre de persona como hann se puede deber a que el que dice esto necesita a alguien de quien quejarse o a quien echar la culpa.

En español, precisamente, aunque no se ve ningún pronombre de este tipo (salvo en el habla popular dominicana donde pueden decir algo como Ello está lloviendo), sí se pueden encontrar casos en los que se expresan los culpables de que llueva. En español antiguo, por ejemplo, algún dios podía ser el causante de la lluvia. Como muestra la Gramática de la RAE, en el Quijote se puede encontrar un ejemplo como Si él es Júpiter y no quisiese llover, yo que soy Neptuno […] lloveré todas las veces que se me antojare. También el causante de la lluvia puede ser el cielo o una nube. Y si son varias nubes podemos encontrar el verbo en plural, como en las nubes llovieron el rocío (ejemplo de Lope de Vega). Yo mismo en una de mis poesías uso esta construcción (aunque sin que la nube llegue a llover):

te marchaste2

En otros verbos como amanecer es más fácil o natural tener un sujeto. Se puede decir Amaneció, pero también El día amaneció nublado. En el español antiguo Dios podía amanecer, en el sentido de hacer que amaneciera, como en Amanecerá Dios y medraremos del Quijote. Hasta en el español actual una persona puede amanecer, en el sentido de despertarse de una manera: Juan amaneció contento.

Hasta ahora hemos visto, pues, que el verbo llover se usa generalmente en singular porque el sujeto, sea el que sea y si es que se considera que lo hay, se entiende como una sola cosa. Pero si los culpables de la lluvia son varios, hemos visto que el verbo podría aparecer en plural como en llovieron los cielos su rocío (ejemplo también de Lope de Vega).

Aun así, existe otra construcción con el verbo llover, que es justo por la que preguntabas, Carmencita: la de Llovieron ranas y renacuajos. Cuando se indica lo que cae del cielo (a modo de lluvia), eso que cae se entiende como el sujeto y, por tanto, concuerda con el verbo. Así, pueden llover ranas y renacuajos o café, como decías citando a Juan Luis Guerra, pero también pueden llover sapos, culebras y piedras, como en la canción Atrapados en azul de Ismael Serrano. Y, también, si no me equivoco, puede llover el amor hasta mojar (según Aleks Syntek y Ana Torroja). Estas construcciones pueden parecer raras, pero no es tan raro que lluevan ofertas, insultos, golpes o, como me salió justo ayer leyendo La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza, que a alguien le lluevan los encargos, si es eficiente. En todos estos casos el sujeto es lo que cae desde arriba (ya sea de manera real o metafórica).

No es raro que en español se pueda interpretar como sujeto el complemento de una oración. Es lo que pasa cuando decimos Se venden pisos en vez de Se vende pisos o cuando la gente dice Habían muchas personas en vez de Había muchas personas. Al no haber otro sujeto a la vista, se entiende que el sujeto es el complemento y se hace la concordancia con el verbo.

Aunque en el caso de Habían muchas personas la concordancia no se considera correcta, en Llovieron ranas sí. Es la misma concordancia que hay en Cayeron ranas o Gotas caen (como afirmaba el chiste que se decía llover en alemán). Así, lo que cae puede ser el sujeto, pero no lo que hay o había. La diferencia se ve en que se puede decir llovidas las ranas o caídas las gotas, pero no habidas las personas.

Pero eso ya es para nota, Carmencita. Lo importante es que espero que a partir de ahora, aunque te sorprenda que lluevan animales, aerolitos, sangre o vino (ahora que empiezan los sanfermines), por lo menos no te sorprenda que el verbo llover aparezca en plural.

Por cierto, efectivamente se dice meteorológico y no metereológico. Meteoro significa ‘elevado en el aire’ a partir de meta- (‘en medio’) y aeirein (‘elevar, alzar’) en griego. No sé si lo de metereológico se dirá por influencia de etéreo o porque es más fácil pronunciarlo, pero mucha gente lo dice así.

Y esto es todo. Como siempre, si tú, Carmencita, o alguno, tenéis alguna duda, no os quedéis con ella. ¡Que lluevan las preguntas y los comentarios!

Un abrazo.

El Académico

Ojalá que llueva café en el campo…

Hola, Académico:

Estaba ayer leyendo la revista Yorokobu que me pareció preciosa en cuanto a diseño, bonita en cuanto a temática e inspiradora en cada página… ¡altamente recomendable!

Iba leyendo cada artículo, escudriñando (me ha costado escribir esta palabra) todos los detalles cuando, de repente, empiezan a hablar de LLUVIA DE LOMBRICES ¿?¿?¿ Podría creerme que lloviese café en el campo y que el culpable fuese Juan Luis Guerra tras venir de atravesar el Niágara en bicicleta, pero lombrices o medusas como afirman en Yorokobu… me tiene alucinada.

lluvia

Como leéis, hay sitios donde estos fenómenos ocurren.

Entonces leí esto:

¿Llovieron? Me sonó de, primeras, raro.

Llegué a la oficina y lo comenté con Javi que me dijo:

-Quizás sea porque estamos acostumbrados a decirlo con lluvia, en singular…

Así que mi pregunta esta vez versa sobre cómo utilizar los verbos meteorológicos (no metereológicos que yo siempre meto la pata). ¿Siempre en singular? ¿Admiten el plural?

Gracias mi Académico,

Carmencita

Respuesta

Punto y respuesta

Pregunta

Hola, Carmencita:

Es normal que la puntuación te resulte un tema complicado. Es de los más difíciles de la ortografía. Esto se ve, por ejemplo, en que la RAE en su Ortografía le dedica más de cien páginas solo a los signos de puntuación. Yo mismo tengo muchas veces problemas para saber cuándo poner punto y coma o coma. Si encima juntamos la puntuación con las mayúsculas —otro de los temas más difíciles— es normal que surjan muchas dudas.

Antes de resolver las dudas que planteas, es importante aclarar que los signos de puntuación como la coma, el punto o el punto y coma no sirven, como se suele creer, para indicar la duración de una pausa. Para lo que sirven es para que se entienda bien un texto. Con ese fin, su función principal es la de delimitar unidades gramaticales indicando dónde termina una frase o dónde empieza y termina un inciso. Ahora bien, como el punto marca un límite gramatical más grande que una coma, por ejemplo, la duración de la pausa de un punto es, generalmente, mayor; pero eso es solo una consecuencia de que delimite elementos más grandes. Esto explica por qué, como muchas veces habrás oído, aunque pueda haber pausa entre sujeto y predicado, no se pone coma entre ellos. El límite gramatical entre sujeto y predicado no se considera suficiente como para marcarlo ortográficamente con un signo de puntuación, por muy larga que sea la duración de la pausa entre ambos.

Aclarado esto, ya puedo abordar tus preguntas.

En primer lugar, es verdad que, como dices, después de los signos de interrogación y exclamación no se pone punto. Pero esto no se debe a que ellos ya contengan un punto en su forma, sino a que, además de indicar que lo que encierran es una pregunta o una exclamación, la delimitan o separan de otros enunciados. El uso del punto, que es delimitador propio de enunciados, sería, pues, redundante. Sin embargo, si al signo de exclamación o interrogación le sigue otro signo de puntuación, como una coma o un punto y coma, este sí debe ponerse: ¿Por qué nacemos?; ¿para qué vivimos?

Que el punto de los signos de interrogación y exclamación no es un punto normal se ve en que cuando se juntan estos signos con puntos suspensivos, se mantienen los tres puntos suspensivos además del punto del signo en cuestión: ¡Te quiero más! De hecho, si hay una abreviatura, como se indica en la Ortografía de la RAE, se pueden juntar muchos puntos: ¿Viste a ese Sr….? Y ya si metemos la pregunta al final de una enumeración, podemos tener hasta siete seguidos: Me hizo preguntas tipo ¿llegaste bien?, ¿encontraste la puerta?, ¿viste a ese Sr….?…

El que no se considere punto normal lo que aparece en los signos de interrogación puede deberse al supuesto origen de estos signos. En la Wikipedia se dice que el signo de interrogación es la abreviatura de la palabra quaestio (‘pregunta’ en latín):

1200px-Quaestio.svg

Por su parte, el de exclamación sería igual, pero a partir de la palabra Io (una exclamación de alegría en latín). Según esto el punto de estos signos sería en verdad una o simplificada y no un punto.

En segundo lugar, con respecto a los puntos suspensivos, efectivamente no deben coaparecer con etc. (que, por cierto, siempre debe ir con punto detrás por ser una abreviatura) porque darían información redundante. Etcétera significa ‘y lo restante’ por lo que ya indica que hay algo no expresado, que es precisamente la función de los puntos suspensivos.

Además, como los puntos suspensivos sirven para indicar la ausencia de algo (o para dejar en suspense una frase) y no indican un límite entre unidades gramaticales determinadas, estos pueden aparecer en distintos sitios. Si aparecen al final de un enunciado, lo siguiente se escribirá con mayúscula, como en Es tan bueno… Todo el mundo le quiere, pero, si no, se escribirá con minúscula, como en Me dijo que… que me callara.

Lo mismo se puede aplicar a los dos puntos. Este signo tiene función anunciadora (además de delimitadora). De esta manera, dependiendo de lo que anuncie, el texto empezará con mayúscula o minúscula. Si lo que sigue es una enumeración se usa minúscula. En cambio, si lo que sigue es una cita o si estamos empezando una carta, como ya vimos, se usa mayúscula. En este ejemplo se pueden ver las dos posibilidades: La RAE dice en su Ortografía: «En su tratado […] Manuzio propone un sistema de seis signos: coma, punto y coma, dos puntos, punto, interrogación y paréntesis».

En el último ejemplo vemos que ya Manuzio (1449-1515), el impresor del que se dice que fue el inventor del libro de bolsillo, usaba el punto y coma, como otros humanistas italianos. Pero en aquella época se llamaba semicolon. En España el punto y coma lo introdujo el gramático Felipe Mey en 1606, pero hasta pasado un tiempo no adquirió en exclusiva el valor actual de delimitador intermedio, que antes compartía con los dos puntos.

Como delimitador intermedio, el punto y coma es el signo de puntuación que más problemas da en su uso. De ahí lo que digo en mi novela sobre el protagonista:

puntocoma

En general, el uso del punto y coma depende de la longitud y la complejidad de las frases que separa. Mi consejo es usarlo, por ejemplo, para separar frases largas dentro de las cuales haya comas: Juan trajo vino, aceitunas y patatas; Carmencita cerveza, bebidas y tortilla, y mi hermano los vasos y los hielos. También entre frases que no se quieran separar demasiado para mantener la relación: No tienes ni idea; así que no lo hagas tú.

Para terminar añado algunas curiosidades sobre los nombres de los signos. El nombre semicolon, que antes se usaba para el signo con la misma función que el punto y coma, se debe a que colon significa ‘tramo’ o ‘miembro’ (de ahí lo de llamar colon a una parte del intestino). Al separar el punto y coma estos tramos, acabó tomando el nombre de ellos. Lo mismo pasó con la coma. En griego komma significaba ‘fragmento’, a partir del verbo kopto (‘cortar’), y se empezó a llamar así al signo que delimitaba este fragmento (en cambio el coma, como estado letárgico o de inconsciencia, viene del verbo keimai ‘yacer, estar postrado’). Por su parte, punto viene del verbo pungere ‘punzar’ en latín y significa ‘punzada’.

Aunque hay muchísimas otras cuestiones relacionadas con los signos de puntuación, con esta última punzada, Carmencita, pongo punto final (o punto redondo) a esta respuesta, no así punto y final, expresión que, efectivamente, no es recomendable usar.

Ya sabes que cualquier otra duda que tengas sobre este tema o cualquier otro la puedes plantear en una futura pregunta.

Un abrazo.

El Académico